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¿Qué Es La Preeclampsia Posparto?
¿Qué Es La Preeclampsia Posparto?
Anonim

Una complicación potencialmente grave del parto, la preeclampsia posparto se caracteriza por la hipertensión arterial y el aumento de los niveles de proteínas en la orina. Puede aparecer inmediatamente después del nacimiento o tardar semanas en desarrollarse gradualmente. Si bien es una afección relativamente rara, la preeclampsia posparto puede poner en peligro la vida si no se diagnostica y trata rápidamente. La preeclampsia posparto puede desarrollarse dentro de los dos días posteriores al parto, o semanas después.

Síntomas comunes

Al igual que con la preeclampsia que se diagnostica durante el embarazo, la preeclampsia posparto suele ser asintomática al principio y puede desarrollarse entre 48 horas y cuatro a seis semanas después del parto, dice la Dra. Lindsay Nordwald, obstetra y ginecóloga de la Clínica Hutchison en Hutchinson, Kansas. La presión arterial alta, una lectura de 140/90 o más, es el síntoma más común, al igual que los altos niveles de proteína en la orina, señala la Clínica Mayo. A medida que la afección empeora, los síntomas pueden incluir: dolores de cabeza intensos, náuseas y vómitos, visión borrosa o sensibilidad a la luz, ansiedad y dificultad para respirar, hinchazón de la cara y las extremidades, aumento repentino de peso, dolor en la parte superior derecha del abdomen o del pecho. Después de salir del hospital, a la mayoría de las mujeres no se les vuelve a controlar la presión arterial hasta su primer control posparto, que suele ocurrir unas seis semanas después del parto. Por lo tanto, si experimenta alguno de estos síntomas después del nacimiento de su hijo, es fundamental que se comunique de inmediato con su proveedor de atención médica.

Factores de riesgo

Al igual que con la preeclampsia durante el embarazo, las causas exactas de la preeclampsia posparto no están claras. "Su riesgo aumenta si tuvo hipertensión durante el embarazo. Sin embargo, también puede ser de nueva aparición", observa Nordwald.

Si bien la mayoría de los casos de preeclampsia se resuelven después del parto, tiene un mayor riesgo de desarrollar la afección después del nacimiento si es obesa; si tiene un familiar de primer grado que ha tenido preeclampsia; si ha dado a luz a múltiples; o si es menor de 20 años o mayor de 35 cuando da a luz. El uso de analgésicos como el ibuprofeno puede agravar la hipertensión gestacional previamente diagnosticada, al igual que grandes volúmenes de líquidos intravenosos administrados a las madres durante el proceso de parto, según los hallazgos publicados en American Journal of Obstetrics and Gynecology. Las condiciones de salud crónicas como la diabetes, la artritis reumatoide, la enfermedad de Graves o el lupus también pueden aumentar su riesgo de desarrollar preeclampsia.

Posibles complicaciones

La preeclampsia posparto puede ser leve con un aumento leve de la presión arterial a grave, lo que pone a la madre en riesgo de accidente cerebrovascular, daño de órganos vitales, insuficiencia cardíaca congestiva, edema pulmonar, coma o incluso la muerte. También puede conducir al síndrome HELLP, una condición que resulta en hemólisis o la destrucción de glóbulos rojos, enzimas hepáticas elevadas y recuento bajo de plaquetas.

Aunque estas complicaciones pueden parecer aterradoras, es importante tener en cuenta que el resultado es bueno para la mayoría de las mujeres que experimentan casos aislados de preeclampsia posparto, que han manejado eficazmente su hipertensión crónica y que buscan tratamiento inmediato, según el estudio AJOG.

¿Cómo se trata?

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Los tratamientos para la preeclampsia posparto son similares a los que se usan para la preeclampsia durante el embarazo, dice Nordwald. Si la presión arterial de una madre es peligrosamente alta, es probable que se le administre medicamentos para reducirla y también se le puede administrar sulfato de magnesio para prevenir las convulsiones, explica Nordwald.

Si bien estos medicamentos generalmente se consideran seguros para usar durante la lactancia, confírmelo con su médico. Las mujeres que tienen dificultad para respirar, palpitaciones del corazón o dolor de pecho después del parto pueden necesitar una radiografía de tórax o un ecocardiograma para descartar y prevenir complicaciones graves. Una vez diagnosticada y tratada correctamente, la afección puede tardar una o más semanas en resolverse, lo que requiere que las madres permanezcan en el hospital más de lo planeado o que sean readmitidas poco después de regresar a casa.

Una vez más, el tratamiento oportuno es fundamental: si tiene fuertes dolores de cabeza, visión borrosa o un dolor intenso en el pecho, vaya a la sala de emergencias más cercana.

Fotografía de: Photodisc / Photodisc

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